La economía de la Eurozona atraviesa un momento delicado, marcado por la debilidad del crecimiento y un deterioro de la confianza. Factores externos, como la incertidumbre sobre la política arancelaria de EE.UU., están frenando las decisiones de inversión y afectando negativamente a los indicadores adelantados de actividad (PMIs). Los sectores manufactureros siguen en contracción y los servicios también muestran señales de debilidad, situándose por debajo del umbral de 50 en varios países.
Alemania, la mayor economía de la Eurozona, ha recortado sus previsiones de crecimiento hasta prácticamente el 0% para este año, mientras que Francia también ha reducido sus expectativas para 2025. Estas revisiones reflejan un panorama de estancamiento en el núcleo europeo, aunque los países periféricos —como España— resisten mejor, aunque también con perspectivas a la baja.
Por el lado de la inflación, la apreciación del euro y la caída del precio del petróleo están ayudando a reducir las presiones inflacionistas. Aunque los aranceles pueden ser un factor al alza, la entrada de productos más baratos desde China podría compensar ese efecto. La inflación general se está moderando hacia el 2,1% y la subyacente también muestra un retroceso. Además, el crecimiento de los salarios se ha ralentizado, lo que apunta a menos riesgos de presiones de precios desde el mercado laboral.
En este contexto, el Banco Central Europeo ha decidido priorizar el apoyo al crecimiento. En su última reunión recortó los tipos de interés en 25 puntos básicos, situándolos en torno al 2,25%–2,40%. La institución reconoce que las condiciones de financiación se han endurecido y que la actividad económica se enfría, pero mantiene la confianza en que la inflación volverá al objetivo del 2%.
De cara a los próximos meses, los analistas esperan al menos una bajada adicional de tipos en junio y posiblemente otra en octubre, lo que situaría el rango de tipos en niveles más bajos y permitiría amortiguar el impacto negativo de los aranceles y de la desaceleración económica.
Perspectivas del BCE y tipos de interés en 2025


